viernes, 28 de junio de 2013

el viajero

Te acompañaban siempre los violines.
Tus poemas estaban en ti como los peces
en el fondo de un río.

Eso es lo que vi en ti:
peces en el desierto,
música amenazada.
Te vi hacer bosques y subir montañas, 
te vi cavar abismos con las manos.
No supe dónde ibas.

Te vi buscar la sombra entre la luz,
te vi buscar la muerte entre la vida,
y no pude entenderte.

Yo no sé qué has ganado, pero sé que has perdido:
tu música, 
                  tus peces,
                                    tus montañas azules.

No puede ser feliz quien entierra su tesoro.
No puede ser feliz
quien envenene el agua de su vida.


De " Un caso sencillo" 1986
BENJAMÍN PRADO
               

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