es tenerte en eterna perspectiva,
que devore tu silueta los paisajes
y un portazo nunca suene a un triste adiós,
que tus tacones subiendo la escalera
sea la banda sonora de mi vida
y conviertas mi espalda en geografía
cuando te duelan las ciudades que no viste.
Y estar loco solamente por tu culpa.
Ernesto Pérez Vallejo
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