Ojala que se llame amapola,
que me coja la mano y me diga que sola...
No comprende la vida, no.
Y que me pida más más más más, dame más.
Y que me pida.
Si te vas
me quedo en esta calle sin salida, sin salida.
Que este bar
está cansado ya de despedidas, de despedidas.
"¿Dónde vamos tan deprisa?",
me pregunta su sonrisa.
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